"CÁNDIDO" DE VOLTAIRE: OPTIMISMO VS REALIDAD
"Si este es el mejor de los mundos posibles, ¿cómo serán los otros?"- Cándido. Queridos lectores con esta elocuente premisa, comenzamos una vez más una nueva entrada. Esta vez trataremos el gran Cándido de Voltaire, un gran escritor, historiador, filósofo y abogado francés, así como uno de los principales precursores de la Ilustración. Podemos enmarcarlo dentro de un contexto dominado por el poder de la razón humana y de la ciencia en detrimento de la religión.
A lo largo de esta entrada analizaremos los aspectos más destacados de la obra, que la hacen en su conjunto una auténtica joya de la literatura. Vamos allá queridos lectores....
1. LAS PERIPECIAS DEL JOVEN CÁNDIDO: LA VUELTA AL MUNDO CRUEL
El joven e inocente Cándido, instruido por el optimista Pangloss, vivirá en la intrincada selva del mundo una serie de aventuras que le demostrarán que el mundo en el que vivimos no es el mejor de los posibles, tal y como defiende la filosofía de su instructor.
Todo comienza tras haber sido expulsado de la casa de su amada Cunegunda. El destino del joven se torna de mal en peor, parece no haber posibilidad de que su vida mejore. Escapará de ser asesinado a manos del Rey de los búlgaros y el destino lo llevará a rencontrarse con su querido Pangloss. Este le anunciará la desgracia que ha acaecido a la familia de Cunegunda y a la propia Cunegunda, todos hallados muertos.
Tras embarcarse camino a Lisboa una tempestad se levanta contra ellos, arribando de las peores maneras en el puerto. Con tan mala suerte del destino ambos serán apresados y Pangloss ahorcado, quedando de nuevo Cándido solo ante el peligro de este triste mundo.
Por casualidad, por deseo del universo, llamémoslo como queramos, Cunegunda vuelve a aparecer en la vida de Cándido como si de un milagro se tratara. Ambos enamorados, junto con la vieja señora que los cuidaba huirán a Cádiz de la Inquisición, ya que Cándido asesinó al inquisidor. De aquí partirán al otro continente, a América, yendo a parar a Buenos Aires. Sin embargo, de nuevo el mundo hará de las suyas, separará a Cunegunda y a Cándido, quedando este último triste y solo, una vez más, junto con su criado Cacambo.
De repente, Cándido encontrará a nada más y nada menos que al hermano de su amada, el hijo del barón el cual sobrevivió al ataque de los bárbaros. Sin embargo, este se muestra totalmente opuesto a aceptar el matrimonio de su hermana con un triste plebeyo, y en un arrebato de ira, Cándido lo atravesará con la espada.
Deambulará con Cacambo por aquí y por allá hasta llegar a una utopía mundana, nunca mejor dicho, el mismísimo Dorado, tierra en la que pesimismo brilla por su ausencia. Tras pasar una larga temporada deciden partir hacia Europa, para en Venecia quedar a la espera de Cunegunda. El tiempo pasa y pasa y ni un solo rastro de su enamorada.
Finalmente, como si de magia se tratase, se reúnen en Constantinopla todos los personajes que creíamos haber perdido en esta historia. Cunegunda, su hermano, la vieja, el maestro Pangloss, Cacambo y por supuesto, Cándido. Por fin descubren la filosofía de la vida, el trabajo adquiere un nuevo valor. Dedicarse al trabajo es la única solución para poder soportar la vida en este maléfico mundo. Este viaje, es un largo recorrido por el mundo basado en esa idea de relativismo cultural, el conocer, el experimentar con otras culturas y desenvolverse en otras tesituras.
2. EL OPTIMISMO DE LEIBNIZ
Simplemente con observar todos los acontecimientos que acaecen la vida de Cándido, podemos sacar una conclusión: las desgracias le persiguen de por vida. ¡Pobre Cándido! Sin embargo, opuesta a esta visión encontramos la figura del maestro Pangloss que encarna a Leibniz, filósofo, político, matemático, teólogo y jurista alemán.
En la obra encontramos dos situaciones totalmente antagónicas. Por un lado, el optimismo de Leibniz basado en una premisa ---> "Todo sucede para bien en este, el mejor de los mundos posibles", es decir, es una versión optimista del mundo, la cual encontramos personificado en "El Dorado". Sin embargo, en el lado opuesto encontramos la obra de Voltaire y las aventuras que vive Cándido, que refutan totalmente esta filosofía optimista. Voltaire pretende satirizar el optimismo de Leibniz, y para ello realiza una obra que sirve como muestrario de todos los horrores del mundo en pleno siglo XVIII. Es decir, no estamos en el mejor de los mundos posibles, el mal físico y moral existe.
Finalmente y como se puede comprobar en la obra, cuando cae esa filosofía hueca de Leibniz, surge una nueva visión de la realidad. En ella, prevalecen las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. En Constantinopla, en ese jardín, se va creando esa nueva sociedad en la que con esa lectura moral, el trabajo no tiene una connotación negativa, como en el Génesis. Cada uno hace su trabajo, todos trabajamos en comunidad, frente a esa sociedad del Antiguo Régimen, estratificada y desigual, que representa el hermano de Cunegunda.
3. ¿QUÉ PRIMA EN LA VIDA? ¿OPTIMISMO? ¿PESIMISMO?
En este mundo cruel en el que vivimos, en esa realidad tan contradictoria, cuando mejor estamos es cuando peor nos trata el mundo. Y nos preguntamos, ¿Por qué mundo cruel? ¿Por qué a mi en estos momentos? No tenemos poder sobre el destino que escribe nuestra historia de vida, pero sí tenemos la posibilidad de cambiar nuestra visión sobre ella.
A veces nos dejamos llevar por nuestras emociones pesimistas cuando algo no sale como queremos y quizá eso nos lleva a actuar de una manera, la cual no es realmente la que deseamos. No nos dejemos llevar por nuestras sensaciones, persigamos las metas que realmente deseamos, pero también pongamos los pies en la realidad. Vivimos en un mundo en el que el mal físico y moral está presente, y por mucho que lo intentemos no podemos evitarlo. Hay que vivir en la realidad, afrontar las consecuencias aunque sean malas, pero dándole un cierto matiz positivo.
El ser humano es poderoso, decidamos sobre nuestras vidas en lugar de que el la casualidad o el destino lo hagan por nosotros. Optemos por vivir de otra manera, por sacarle el lado bueno a las cosas y no ver siempre el lado negativo. Y si en algún momento queda única y exclusivamente lo negativo, optemos por afrontarlo de la mejor manera posible. No dejemos que el pesimismo inunde nuestra vida.
P.D: Queridos lectores, una vez más un dejo un pequeño vídeo didáctico que espero que os guste y que disfrutéis. Muchas gracias, un abrazo enorme <333333.
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